miércoles, 28 de julio de 2010

KIRIKO , EL MAGO DE LORION




KIRIKO, EL MAGO DE LORION.


Capitulo 1
KIRIKO

Un día muy lluvioso de septiembre de hace mucho, mucho tiempo en una pequeña aldea llamada “Lorion”, nació un pequeño retoño, gordito como una pelota y blanquito como un copo de nieve. Su pelo era tan rojo como los rayos del sol y sus rizos parecían una familia de caracoles. Tenía la nariz tan pequeñita como un grano de arroz , los ojos enormes como platos y de un intenso azul. Los pies al igual que todos los demás habitantes de Lorion eran el doble de grades que sus manos, por eso los niños de Lorion en vez de chuparse los dedos de la mano para dormir se chupaban el dedo gordito del pie, para ellos era su mejor chupete .
Nada más nacer lloró tanto, tanto y gritó tan fuerte que nadie dudó que aquel niño iba a ser un autentico terremoto,y sin duda sun pulmones estaban en perfecto estado, las paredes temblaron como si tuviesen frío y los cristales de las ventanas se rompieron en pequeños trocitos.

Desde ese día, cada vez que se enfadaba gritaba tan fuerte que todos los habitantes que vivían en Lorion tuvieron que comprarse tapones para los oídos.
¿Sabéis que nombre le pusieron? Lo llamaron Kiriko, porque así se llamaba el gallo de la vecina Maria. Ese gallo despertaba a toda la aldea por las mañanas pero el gritaba tan alto que al gallo ya ni se le oía.
Los padres de Kiriko estaban muy preocupados, ya no sabían que hacer para que no llorase. Le compraron tantos chupetes que las tiendas de la aldea se quedaron sin existencias.
Y ¿sabéis que le regalaban todos los años para su cumpleaños? ¿Lo adivináis?, le regalaban sonajeros porque solo cuando oía el ruidito de campanas dejaba de gritar. Por eso en la puerta de casa de Kiriko en vez de timbre se podía ver una enorme campana que los vecinos tocaban cuando pasaban por allí si oían a Kiriko llorar.




Pero poco a poco todos se fueron acostumbrando a los gritos de Kiriko y los hombres que trabajaban en el campo estaban muy contentos porque cuando Kiriko estaba muy enfadado y gritaba mucho, mucho llovía , las plantas crecían y salían buenísimos tomates, lechugas… y frescas frutas con las que los habitantes de aquella aldea se alimentaban durante todo el invierno.
Al principio los demás niños se asustaban cuando Kiriko lloraba pero al rato se partían de risa, porque el grito de Kiriko les resultaba gracioso. Y todos acababan gritando como locos acompañando a aquella ruidosa melodía, sobretodo su amigo Mikelon cuya risa era sonora y contagiosa.
Lo que les resultaba mas gracioso era que cada vez que Kiriko se enfadaba los rizos se le estiraban y se le ponían tiesos como espinas. Las chicas de la aldea le llamaban el erizo. Erika, una de las niñas de la aldea era amante de los animales, se los conocía todos y una tarde salió a pasear por el bosque y encontró un erizo de verdad. Era pequeñito y los niños no lo podían tocar porque tenía todo el cuerpo lleno de espinas y se pinchaban los dedos. Entre todos decidieron que Kiriko se le parecía mucho cuando se enfadaba. A Kiriko eso no le hacia gracia así que no le gustaba nada ese animal.
Cuando Kiriko y sus amigos salían a jugar sus padres se quedaban tranquilos porque gracias a sus gritos siempre sabían donde estaban.
Lorion no era peligrosa pero era una aldea muy grande, estaba rodeada de grades praderas y pequeñas montañas donde las ovejas salían a pastar todos los días. Lorion siempre tenía un olor fresco y especial, cada vecino de la aldea era dueño de un trocito de llanura y cada uno ponía todos sus esfuerzos en plantar y cuidar las flores y plantas más bonitas y aromáticas. Si mirabas desde una de las montañas de Lorion se veían tantos colores que parecía que el arco iris había caído sobre aquella preciosa aldea. Las ancianas del pueblo, utilizaban las flores más aromáticas para hacer perfumes que en la feria de verano vendían en unos puestecitos que ese día recorrían la aldea de lado a lado.
Como allí llovía tanto, las casas eran muy originales, eran de forma cilíndrica, como si fueran un vaso y los tejados grandes paraguas de madera y una paja muy resistentes que los ancianos fabricaban en la fábrica del tío Angel. Los habitantes más jóvenes empaquetaban la paja, la mezclaban con una pasta muy blanca que hacían con plantas de la montaña mas alta, lo dejaban enfriar en unos toneles durante varios días y hacían después las piezas para los tejados.

Las puertas eran redondas y en cada una ponía el nombre de los miembros que vivían allí. Como veis no había esquinas en ningún sitio, así si llovía mucho toda el agua se iba al rió rápidamente.
En la puerta de Kiriko había dibujado un gallo muy gracioso sobre una puerta de madera azul y junto a ella un buzón rosa en el que se ven los nombres de su mama, Raquel y su papa Mariano.

HUGO, DIARIO DE UN NIÑO








HUGO, DIARIO DE UN NIÑO


Hola!, me llamo Hugo y tengo 5 años. Vivo en
una bonita ciudad llamada Tarazona, desde la que
se puede contemplar un bonito monte al que llamamos
Moncayo.

¿Sabéis cómo soy? Pues os lo voy a contar y además,
os presentaré a mis amigos y a mi familia, juntos
viviremos historias divertidas.

No soy ni alto ni bajo, más o menos como todos
los niños de mi clase. Tengo los ojos azules, como el
cielo o el mar al amanecer y muy grandes, por eso
mi mamá me suele decir que parezco un búho. ¿Sabéis
qué animal es un búho?… pues es un animal que
vuela, duerme durante todo el día colgado de los
árboles y se despierta por las noches, por eso tiene
esos ojos, para poder ver por la noche.

Tengo el pelo negro como mi padre y rizado como
mi madre, por eso todos dicen que tengo un poquito
de cada uno.
¿Sabéis? Tengo un amuleto de la suerte. Un amuleto
es algo que llevamos porque nos da suerte. Para
mí, mi amuleto son mis zapatillas azules con rayas ...






¿ TE LO VAS A PERDER?








lunes, 26 de julio de 2010

Para ti mi vida....

Eres esl mejor regalo cada mañana.
y la mejor recompensa cada noche.
El amor, la alegria, la vida tiene cara, "la tuya".
Te quiero
Tu mama.